Con motivo de la celebración del Día Mundial del Riñón el pasado día 9 de marzo representantes de enfermos renales, de las sociedades nefrólogicas médicas y de enfermería, y el Dr. Rafael Matesanz como presidente de la Organización Nacional de Trasplantes se reunieron con la Comisión se Sanidad y Servicios Sociales para trasladar a los responsables políticos sus inquietudes y necesidades.
Entre los distintos temas tratados durante las intervenciones de cada uno de los participantes se coincidió en la importancia de la prevención como medida clave para frenar el enorme impacto que la enfermedad renal crónica está teniendo sobre la Salud de la Población, el éxito del trasplante renal en nuestro país y la necesidad de seguir trabajando en la captación de nuevos donantes, sobre todo en asistolia así como en la donación de vivo. En este sentido fueron los pacientes los que reclamaron un mejor trato administrativo en lo que se refiere al porcentaje de discapacidad para los receptores así como una consideración especial para los donantes vivos, planteándose incluso que se les dote de un periodo de baja laboral, similar a la que tiene lugar tras un embarazo, tras la intervención de extracción del riñón.
Fueron varios los diputados que entendieron que éste es un problema de Salud Pública, y en este sentido desde el ámbito médico se informó de la desproporcionada privatización de la hemodiálisis en nuestro país, reclamando un mayor protagonismo de los hospitales públicos en los que desde hace décadas se ha producido una limitación en la creación de plazas de hemodiálisis para enfermos renales, llegándose incluso a recortar dicha disponibilidad en los últimos años. Es precisamente la Comunidad Valenciana un ejemplo claro de ésta clase de política privatizadora, donde la hemodiálisis privada supone el 80% de la actividad, situación que se produce en paralelo a una menor prevalencia de pacientes trasplantados. De hecho, a pesar de que el trasplante renal está reconocido como el tratamiento sustitutivo renal más eficiente, la Comunidad Valenciana está situada en último lugar según los datos de prevalencia del Registro de la Sociedad Española de Nefrología