El anunciado cierre de Radio Televisión Valenciana ha puesto en evidencia varias realidades conocidas. Una vez más se pone de manifiesto la inadecuada gestión de una entidad pública por el gobierno valenciano del PP, que deja un déficit acumulado de más de 1200 millones de euros, y la ruina institucional de un servicio público del pueblo valenciano. Las víctimas de esta gestión las encontramos por un lado en los trabajadores que perderán con el cierre su empleo después que la justicia les diera la razón frente a un ERE plagado de irregularidades. Pero también es víctima la democracia y el pueblo valenciano que mediante sus impuestos ha pagado este despropósito pensando que financiaba un servicio de televisión pública con identidad propia, constatando ahora su fraude.
Además, esta situación ha puesto en evidencia lo que se conocía desde años atrás, la censura y control mediático a la que estaba sometida la cadena por parte del gobierno valenciano. Lamentamos el comportamiento de los profesionales que durante tantos años han permitido o colaborado en las actividades de censura a costa de su humillación profesional, los actos les comprometen. Respaldamos sin embargo a los profesionales que valientemente supieron anteponer su ética y profesionalidad a las injerencias del poder, no son iguales.
Hoy RTVV puede cumplir con la función de informar con objetividad y sin censura la realidad de nuestras comarcas, ofreciendo un periodismo que investigue e informe de las consecuencias de las políticas de austeridad, recortes de derechos ( sanidad, educación, dependencia, desempleo), deterioro del nivel de vida de la población ( aumento de paro, recorte de pensiones, aumento del copago), panorama algo dantesco pero real.
El capítulo de RTVV es un nuevo ejemplo, de manipulación, de apropiación de un medio público para favorecer los intereses privados del partido popular, de externalización de servicios empresas privadas con dinero público, de clientelismo, de pesebrismo en el afán colocar a personal políticamente afín, de involucrar a una institución públicas en trama de corrupción, de subcontratación a empresas privadas, de falta de transparencia y poca participación ciudadano en el control democrático de los servicios públicos….en definitiva una gestión desastrosa y corrupta al servicio de la censura y los niveles de audiencia.
Algo similar esta ocurriendo en la sanidad valenciana con la privatización ( modelo Alzira) y la externalización de servicios como la RMN, que desde ACDESA llevamos tiempo denunciando.
El comentario del President Fabra sobre sus preferencias al cerrar RTVV y no un Hospital o Centro de Salud, utiliza la sanidad como excusa para el cierre de otro servicio público, oculta que el presupuesto de sanidad en 2 años se ha recortado más del 13.2%, oculta que han aumentado las listas de espera y se está haciendo pagar más al ciudadano por los medicamentos con el copago. Reducir la cuestión a cerrar un hospital o RTVV es demagógico, desviando las responsabilidades de una gestión inadecuada en RTVV y la sanidad pública valenciana.
Solicitamos pues desde ACDESA PV que el gobierno valenciano asuma sus responsabilidades y se depuren responsabilidades.
Apoyamos una RTVV pública, profesional, independiente, de calidad, plural, en valenciano.